FLORES COMESTIBLES

Son muchas las flores que podemos utilizar en nuestra cocina, para dar sabor y para decorar. Podemos usarlas recién cortadas para dar colorido a una ensalada, podemos incorporarlas en las preparaciones o cristalizadas servirán para decorar tortas, tartas o postres.  No sólo en primavera podremos recurrir a las flores, hay muchas que florecen todo el año. Lo único importante a tener en cuenta es que sean de un jardín conocido que nos garantice que las flores no han sido tratadas con químico alguno, lo otro es sólo usar flores comestibles, pues muchas no lo son. Mi lista no es muy grande, pero espero que les sirva como guía. Ojalá me puedan aportar con otras.

Lista de flores comestibles:

Madreselva (Lonicera periclymenum)

Lavanda (Lavandula vera)

Azahares (Citrus sinensis)

Caléndulas (Caléndula officinalis)

Violeta (Viola odorata)

Borraja (Borrago officialis)

Margaritas (Bellis perennis)

Tacos de Reina/Espuela de Galán /flor de la sangre(Tropaeolum majus)

Pensamientos (Viola x wittrockiana)

Crisantemos (Chrysantemum coronarium)

Dicen que los chinos fueron los primeros en incorporar flores en sus comidas tres mil años antes de nuestra Era. Comerlas se consideraba muy beneficioso para la salud. Los crisantemos eran las flores preferidas por Confucio. Se dice que estas flores vuelven el cuerpo flexible y los dientes muy fuertes, se las relaciona con la longevidad.

Los griegos y los romanos también utilizaron flores en sus cocinas. Los pétalos de rosa eran sus favoritos. Eran usados para perfumar los platos y decorar bebidas, especialmente en los grandes banquetes, pues se suponía que evitaban la borrachera. Apicius anota en sus recetas el uso de violetas, flores de malva y rosas.  Violetas eran las flores de la dios Afrodita y eran incluidas en las comidas como una poción para el amor.

Para cristalizar las flores necesitaremos:

Flores recién cortadas

goma arábiga

agua de rosas 

Mezclamos 1 cucharadita de goma arábiga con 2 cucharaditas de agua de rosas y disolvemos bien, la goma arábiga disuelve muy bien y no se seca de inmediato, lo cual nos da tiempo para primero pintar cada pétalo con ella con ayuda de un pincel y luego sumergirla en azúcar. Las pondremos en una rejilla y espolvoreamos con más azúcar, damos vuelta después de una hora y dejamos secar toda la noche. Guardamos en papel absorbente.